Incluyen el contenido de elementos esenciales en forma aprovechable
(fertilidad), la reacción del suelo (pH), la textura y la estructura del suelo, por lo que se espera una
mayor respuesta en aquellos suelos bajos en nutrientes. El pH afecta la disponibilidad de algunos
nutrientes, como el fósforo, situación que se resuelve en parte con el encalado que elimina la
toxicidad de aluminio y manganeso y promueve la actividad microbial, lo que facilita la fijación
simbiótica de nitrógeno por las leguminosas. Es importante tomar en cuenta el aporte de nutrientes
que los animales reciclan al suelo a través de la orina y las heces, durante el pastoreo.
Es fundamental mantener un balance entre los nutrientes removidos del pastizal y los
aplicados al suelo para mantener la productividad del potrero, así como para controlar las pérdidas
de nutrientes del sistema y la contaminación de acuíferos.
Salud del suelo se refiere a la habilidad
del suelo de funcionar como un ambiente productivo óptimo para el crecimiento de las plantas
forrajeras (Bellows, 2001).
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